viernes, 27 de febrero de 2009

acanto

“Acanthus mollis”

El acanto o ala de ángel es una planta herbácea originaria de las estepas de Africa y Asia, que fue adaptada desde la antigüedad a la región mediterránea en el cultivo de jardines. En la sierra de Córdoba la encontramos espontánea en ribazos, rocas y lugares frescos. Tiene una hermosa flor espigada de color blanco y en verano sus semillas se esparcen por explosión.
La antigua leyenda cuenta que Calímaco, al ver un ejemplar de esta planta enroscada en una canastilla, tuvo la inspiración de crear la ornamentación de los capiteles corintios.



árboles para un imperio


Dice una leyenda que en Córdoba, en el lugar del actual Alcazar de los Reyes Cristianos, César sembró un plátano con sus propias manos, para indicar que Roma era la propietaria de España, y que ocho siglos después, plantaba Abderramán sobre sus restos, una palmera dedicándole una balada que según el historiador Lafuente decía algo así:

"Viniendo a ser aquella ciudad favorecida, el centro de dos civilizaciones, representados en dos árboles, plantados por las manos del genio del Mediodía y el genio de Occidente."

ruiseñor



Virtuoso en el arte vocal, el ruiseñor, que no es tan bello como su canto, habita en los campos y bosques. Aunque se escuchen las deliciosas melodías y armónicas modulaciones de su canto, no se le puede ver, ya que vive muy cerca del suelo y se esconde entre la maleza. Está emparentado con mirlos y zorzales y es común en la sierra de Córdoba. Busca en el suelo para alimentarse de insectos, gusanos y larvas. Canta tanto de día como de noche, aunque es de noche cuando mejor se escucha su melodía. El canto del ruiseñor, que alcanza su punto culminante en junio, en el momento en que nacen sus crías, es una forma de indicar su presencia y delimitar acústicamente su territorio, hasta que sus hijos están lo suficientemente desarrollados como para ser independientes.

autillo

El más pequeño de los búhos europeos, el autillo, es un ave bastante misteriosa, experta en el arte del camuflaje. Al contrario de los demás búhos, el autillo es migrador y pasa el invierno en el norte de Africa, volviendo a Europa en abril para anidar. Esta réplica en miniatura del búho real, muy aficionada a los huertos y plantaciones, es frecuente en los olivares. Permanece inactivo por el día y espera la oscuridad par salir de caza. Ante todo es insectívoro, pero también captura roedores y pajarillos. Anida en un agujero de árbol, pero también en cualquier hueco de un muro.

El árbol de César


“Hay una casa conocidísima en tierra de Tartessos, allá donde la rica Córdoba goza con el plácido Betis, donde los dorados vellones amarillean por el metal autóctono y una fina capa de oro puro reviste a los rebaños de Hesperia. En medio de la mansión, dando sombra a toda la casa, está el plátano de César, con su tupido ramaje, el que plantó la diestra feliz de su huésped invicto. Parece como si la enramada tuviera conciencia de su plantador y dueño. Así está de lozano y quiere llegar con sus ramas a las altas estrellas… Oh, árbol amado de los dioses, oh árbol del gran César. No temas el hacha ni el fuego sacrílego. Te es lícito esperar honores eternos para tu fronda: no te plantaron las manos de Pompeyo.”







Marco Valerio Marcial (Epigramas)

Helvia Albina


“Dos Sénecas y un Lucano aduce la elocuente Córdoba” (Epigrama de Marcial)

Una mujer, Helvia Albina, fue esposa y madre de Sénecas y abuela de Lucano.

Después de pasar 37 años en Roma, Marco Anneo Séneca, regresa a su ciudad natal. Ha cumplido medio siglo cuando contrae matrimonio con Helvia Albina, de 15 años y también de Córdoba. El mejor retrato de esta mujer lo hizo su hijo: Lucio Anneo Séneca, en una extensa carta titulada:


“Consolación a Helvia


El mal dominante del siglo, la impureza, no te cuenta entre sus innumerables víctimas; ni las piedras preciosas ni las perlas te han seducido; la riqueza no te deslumbró como el mayor de los bienes de la humanidad; dignamente educada en casa antigua y austera, el contagio de los malos ejemplos, tan funestos a la misma virtud, te encontró inatacable; nunca te avergonzaste de tu fecundidad, como de una afrenta que descubría tus años; muy diferente de aquellas que no saben obtener gloria sino de sus encantos, jamás disimulaste el abultamiento de tu vientre como carga desagradable, ni rehusaste el fruto de tus entrañas. No manchaste tu cara con colores y afeites cortesanos…”

Medina Azahara



“Cuenta la poética tradición de los cronistas árabes, que en el año 929, deseoso el Califa Abderrahman III de que sus obras perdurasen y fueran asombro de los siglos, fundó al pie del Monte de la Novia, en la Sierra de Córdoba, una ciudad llena de palacios y jardines, que fuera asiento de su corte, a la que puso el nombre de Madinat-al-Zahra. La hermosísima ciudad tardó 40 años en construirse y apenas duró en pie, ya que fue asaltada, saqueada e incendiada por las tropas bereberes en el año 1010.

Cuenta la leyenda que para más complacer a su favorita Azahara, una hermosa mañana de primavera la asomó el Califa a una ventana del Alcázar de Córdoba, junto al Río, desde la cual se veía brillar al sol de mediodía la nueva ciudad, y como constrastara con la tierra parda de la Sierra Morena, Zahra exclamó: Oh, parece una blanca doncella en brazos de un etíope. Y el Califa mandó plantar la montaña de almendros, higueras y otros árboles de alegre verdor, que transformaron el paisaje”.

Rafael Castejón y Martínez de Arizala. Arabista cordobés.

lunes, 23 de febrero de 2009

el lobo




"Mudo la noche el can, el día, dormido,
de cerro en cerro y sombra en sombra yace.
Bala el ganado; al mísero balido,
nocturnoel lobo de las sombras nace.
Cébase; y fiero, deja humedecido
en sangre de una, lo que la otra pace.
¡Revoca, Amor, los silbos, o a su dueño
el silencio del can siga y el sueño¡

"Polifemo y Galatea"
D. Luis de Góngora y Argote

el zurrón



"Erizo es el zurrón; de la castaña,
y (entre el membrillo o verde o datilado)
de la manzana hipócrita, que engaña,
a lo pálido no, a lo arrebolado,
y de la encina (honor de la montaña,
que pabellón al siglo fue dorado)
el tributo, alimento, aunque grosero,
del mejor mundo, del candor primero."


D. Luis de Góngora y Argote
"Polifemo y Galatea"

leyenda del laurel

Cuenta Ovidio que el dios griego Apolo, orgulloso por haber dado muerte a un terrible monstruo, decidió desafiar a Cupido. Y éste, para castigar tal osadía, cogió dos flechas de su aljaba: una con punta de oro que infundía amor, la disparó sobre Apolo; la otra, de plomo, que inspiraba desdén, la lanzó a Dafne, la hermosa ninfa hija del río Peneo y de la Tierra. Una violenta pasión por Dafne se apoderó entonces de Apolo. Y sin embargo ella, herida por la flecha del desprecio, huyó rápidamente tratando de esconderse. Apolo corrió en busca de Dafne, pero ésta, al verse perdida, solicitó la ayuda de su padre. Tan pronto como cesaron sus gritos de socorro, una corteza suave le encerró el pecho, sus cabellos se transformaron en hojas verdes, los brazos en ramas, los pies se fijaron en el suelo y la ninfa quedó transformada en laurel. Apolo, no dispuesto aún a darse por vencido, abrazó el árbol y lo cubrió de ardientes besos, pero incluso las ramas retrocedían asustadas de sus labios. “Si no puedes ser mi amante”, juró el dios, “me serás consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me coronaré”. Desde entonces, el laurel es el símbolo de Apolo y con él se galardona a los vencedores, artistas y poetas.

Soneto XIII - Garcilaso de la Vega

"A Dafne ya los brazos le crecían,
y en luengos ramos vueltos se mostraba;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que el oro oscurecían.


De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aún bullendo estaban:
los blancos pies en tierra se hincaban,
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado! ¡oh mal tamaño!
¡Que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón porque lloraba!"

laurel




"Laurus nobilis"







Arbol perenne originario de la zona mediterránea, cuyas hojas se utilizan como condimento en la cocina.


romero



"Rosmarinus officinalis"

En la antigua Grecia, esta aromática planta del Mediterráneo era consagrada a la diosa del Amor, Afrodita, y muy apreciada por sus cualidades afrodiasíacas. También era símbolo de eternidad, buena fé y franqueza. Es una planta sencilla, pues tan sólo con cortar una ramita y sembrarla en buen tiempo nos nacerá un hermoso romero. Rica en principios activos, muy utilizada en medicina, se utiliza también para elaborar el alcohol de romero y tratar dolores reumáticos y lumbalgias o en fricciones para estimular el crecimiento del cabello (alopecia).

melisa



"Melissa Officinalis"

La melisa o toronjil es una hermosa planta aromática de la familia de las Labiadas, propia del Sur y centro de Europa. Sus hojas desprenden un agradable olor a limón, y posee multitud de propiedades medicinales. Ya los árabes en el s.X la consideraban la planta del corazón, tanto en sentido estricto (la utilizaban para cualquier alteración cardíaca) como en sentido metafórico (se recomendaba para reponerse del mal de amores). También es un fantástico ahuyentador de mosquitos.

limonero

"Citrus Limon"

Arbol frutal de la familia de las Rutáceas cuyo fruto, el limón, es el cítrico más común en nuestras cocinas por su peculiar sabor, aroma y color. Es originario de la India y Sudeste asiático y fue introducido por los árabes en la Península Ibérica entre los años 110 y 1250.

viernes, 20 de febrero de 2009

madreselva


"locinera implexa"
La madreselva es un arbusto trepador con hojas sésiles, opuestas, verdes por el haz y glaucas por el envés, las superiores anchamente soldadas entre sí en la base. Las flores desprenden un exquisito aroma.

durillo

"viburnum tinus"
Es un arbusto de hojas pecioladas, opuestas y coriáceas y flores dispuestas en influorescencias corimbiformes, originando al madurar bayas de color azul metálico muy llamativas. Es frecuente en bosques y matorrales bien conservados, sobretodo de umbría.

viborera

"echium plantagineum"

La viborera es una de las especies que más abunda durante la primavera en nuestros campos tiñéndolos de un bello color azul. Es una hierba anual fuertemente híspida con flores de 15-30 mm y corola en forma de embudo de color violeta.

aulaga

"genista hirsuta"


También conocida como tojo alfiletero, la aulaga es un arbusto de fuertes espinas axilares y muy característica del matorral de la Sierra Morena cordobesa. Sus flores, amarillas, son bien visibles para los insectos polinizadores.

miércoles, 18 de febrero de 2009

ermitas en la sierra

Ya el Obispo Osio, que fue cordobés, dicen que importó de Egipto esta modalidad de vida contemplativa que pronto arraigó en las faldas de esta sierra, librándolas así de asentamientos de bandoleros y fascinerosos.
Las Ermitas están asentadas sobre un privilegiado mirador natural con vistas a la ciudad.
Allí pueden encontrar los visitantes un momento de reflexión: unas austeras celdas y numerosas inscripciones sentenciosas conminando a llevar vida austera y virtuosa.

citas amorosas


"Por encima de historias y leyendas, la sierra es también campo montaraz y estratégico donde enmarcar la amorosa cuita y la aventura sentimental, con la complicidad de las especies arbóreas que ocultan de indiscretas miradas y prestan su bucólico cobijo. La naturaleza pone el lecho natural y el entorno, pero la mozuela y la manta son de su cuenta. Su instinto le llevará a buscar lugares estratégicos. Ahora bien, si tiene aviesas intenciones eróticas, evite domingos y fiestas de guardar que esto se llena de familias que suben al campo..."

"Ya a principios de siglo, Belmonte y Müller, llamado el último romántico cordobés, reveló en sus implacables sonetos, las propiedades afrodisíacas de estos lugares. Uno que titula precisamente "En la Sierra" dice:




... Este es el sitio para amar sin cuitas...

... hay bosquecillos para alegres citas...


¡Oh mujer bella de la raza mora¡
Vuelve a ser en tu tierra encantadora
la odalisca que abrase con sus ojos.
Embellece este edén con tu presencia
y del amor ofréceme la esencia
abriendo el cáliz de tus labios rojos."

"Guía Secreta de Córdoba" 1976


Francisco Solano Márquez




san alvaro













19 de febrero, San Alvaro de Córdoba

El joven Alvaro, nacido en 1348, era inteligente, simpático, vitalista, abierto y devorador de libros. Proveniente de familia noble y acaudalada se formó en el Colegio del Real Convento de San Pablo, donde posteriormente tomó los hábitos de la Orden dominica. Obtuvo el Magisterio en Teología en la Universidad de Salamanca, y muy pronto comenzó su tarea evangelizadora recorriendo España y Europa.

Gracias a su carácter cariñoso y amable, se convirtió en amigo y confesor de la Reina Dª Catalina, viuda de Enrique III, y preceptor de su hijo Juan II. Los cuales le ayudaron económicamente para cumplir su sueño: fundar un convento en la sierra de Córdoba.

Busca para ello el lugar más parecido a la orografía de Jerusalén. Y construye tres ermitas en sus alrededores: Cueva de Getsemaní (hoy llamada Ermita de San Álvaro), sobre el cerro en el cual dice la tradición que San Álvaro subía y bajaba de rodillas rezando. Ermita de la Santa Cruz al norte del convento y la Ermita de Santa María Magdalena situada al oeste sobre el cerro circundante, ambas dedicadas al retiro y oración. Al sur del santuario realizó el Monte Calvario que emula, con sus tres cruces, donde Jesús fue crucificado. Hasta este Monte Calvario, y desde el Santuario, Álvaro de Córdoba realizó el que sería el primer Via Crucis de Occidente, manteniéndose hoy en día esta distinción.
Como símbolo de su santidad y devoción a Dios, le ocurre su más famoso milagro: "Venía Álvaro de su labor evangelizadora en la ciudad, cuando encontró en el suelo a un mendigo moribundo y hambriento al que invitó que le acompañara al convento. Éste al no poder ni levantarse, hizo que el fraile lo tapase con su capa y se lo echase a los hombros. Llegando a la portería del santuario descubre que lo que llevaba a sus hombros es el mismo Cristo Crucificado, el mismo que según la tradición se venera aún hoy, en la iglesia del convento."
Fray Álvaro de Córdoba moriría con algo más de setenta años, el día 19 de febrero de 1430 en su santo lugar debido a una lenta y penosa enfermedad.

Córdoba y su Sierra


"Antes de que fundaran a Córdoba, existían ya esos montes altos que la resguardan, las colinas y montañas de donde mana el agua que bebes, el suelo que en que están plantados los viejos olivos que producen el aceite, la tierra donde se crían naranjos que dan en primavera aromas de azahar y después frutas muy ricas, como globos dorados.



Más antigua que tu pueblo de Córdoba es la tierra que lo circunda, el campo en que hay frescas huertas y cortijos extensos, y espesos pinares, y regatos y arroyuelos, y casitas blancas, y caminos llanos, y sendas empinadas, y vericuetos por donde triscan cabras y saltan conejos, y zumban volando de flor en flor abejas laboriosas."



"Historia de Córdoba para los niños" Córdoba 1927

Por José María Rey Díaz, maestro, archivero y cronista de la ciudad.

martes, 17 de febrero de 2009

sapo



"bufo bufo"

Lo más llamativo del sapo es su gran tamaño (hasta 22 cm.). Con un desagradable aspecto: piel rugosa y cuerpo lleno de verrugas, es un animal nocturno y solitario. Cuando se siente amenazado se infla, aumentando de tamaño, y en ocasiones se orina. Otra defensa son sus glándulas que producen una sustancia tóxica.

pito real


"Picus viridis"
Su plumaje verde, más amarillo en el obispillo, y una cabeza de color rojo con bigoteras negras, hacen inconfundible al pito real, el pájaro carpintero más común en la sierra de Córdoba. No es difícil detectar al pito real por su vuelo pendulante, sus llamativas risotadas, o por el tamborileo, sonido que se genera al picotear oquedades de árboles en busca de su alimento: hormigas, larvas y otros insectos.

meloncillo
















"herpestes ichneumon"


Procedente de Africa, fue introducido en la península ibérica por los árabes, y se ha adaptado perfectamente al ambiente mediterráneo. Desde el punto de vista evolutivo este carnívoro se encuentra entre los más primitivos, con un aspecto alargado y aplastado, un pelaje muy basto, parecido al jabalí, orejas pequeñas y redondeadas y unos ojos que apenas se distinguen de su cónico cráneo. Habita en las zonas más cerradas del matorral y se alimenta de frutos silvestres, setas, insectos, lombrices, ranas, rodedores e incluso serpientes.


domingo, 15 de febrero de 2009

salvia

Salvia officinalis

La salvia ha sido considerada una de las más importantes hierbas medicinales durante miles de años. El nombre genérico deriva del latín “salvare”, curar, en alusión a sus propiedades medicinales, y el específico officinale indica su uso en la botica (officina).


Tiene también otras aplicaciones en alimentación, perfumería y cosmética. Las hojas se utilizan como conservante de alimentos en industrias cárnicas, y como condimento de multitud de platos. Las flores son empleadas en la industria conservera para preparar mermeladas. El aceite esencial se usa en la elaboración de muchos perfumes de calidad, jabones y pastas dentífricas. La esencia es además un magnífico fijador de perfumes.

el jardín-huerto árabe



En el mundo andalusí, los jardines tuvieron una función mucho más amplia que la meramente estética. El jardín-huerto fue receptáculo de plantas aromáticas, árboles frutales y productos hortícolas. Al placer de la vista y el olfato se unió el aprovechamiento agrícola, que puso en marcha una sabia distribución del agua y toda una ciencia de aclimatación de especies botánicas nuevas.

Los andalusíes habían heredado estos saberes de sus antepasados del mundo oriental islámico y, en parte, de sus predecesores romanos. Su proverbial sed de conocimiento propició un gran desarrollo botánico y científico. Se produjo una auténtica «revolución verde» que significó la expansión agrícola de Al Ándalus y el principio de un incipiente comercio.

Entre los frutales que estuvieron omnipresentes en esos jardines-huertos figuraron las palmeras datileras, como una reminiscencia del desierto arábigo, cuna del mundo islámico. También, los granados, que se trajeron a través de Siria, así como los melocotoneros, limoneros, cerezos, membrilleros y naranjos amargos. Además, figuraban higueras, olivos, vides y manzanos, milenariamente implantados en la Península Ibérica.
Entre la espesura de los frutales abundaban los cultivos de melones y sandías, las berenjenas, espinacas y habas, además de alcachofas, zanahorias y lechugas, entre otros muchos productos hortícolas que se cultivaban gracias a la abundante agua que suministraban las albercas y acequias.

el olivo












En su disputa por el patronazgo de la incipiente Atenas, Poseidón con el golpe de su tridente, hizo brotar el caballo, bello, fuerte, rápido y ágil, mientras la diosa de una lanza hizo brotar el olivo, "del que no solamente sus frutos serían buenos para comer sino que de ellos se obtendría un líquido extraordinario que serviría para alimento de los hombres rico en sabor y en energía, para aliviar sus heridas y dar fuerza a su organismo, capaz de dar llama para iluminar las noches..."

Fue también, símbolo de paz, victoria y vida. Se consideraba como árbol de la fertilidad por lo que las mujeres dormían sobre sus hojas y bajo su sombra cuando querían engendrar. De madera de olivo se tallaban las estatuas de los dioses, los cetros de los reyes, los tabernáculos y los instrumentos de combate de los héroes.

El cultivo en España, introducido por los romanos, se vio notoriamente incrementado, especialmente en el valle del Guadalquivir, durante los ocho siglos de civilización hispano-árabe.
Los árabes añadieron nuevas variedades e influyeron en la difusión del cultivo hasta el punto de que los vocablos castellanos de aceituna, aceite, acebuche, almazara, tienen raíz árabe; por ejemplo, la palabra española "aceite" proviene del árabe "al-zait" que significa "jugo de aceituna".

sábado, 14 de febrero de 2009

En este monte




"Ni en este monte, este aire, ni este río
corre fiera, vuela ave, pece nada,
de quien con atención no sea escuchada
la triste voz del triste llanto mío;
y aunque en la fuerza sea del estío
al viento mi querella encomendada,
cuando a cada cual de ellos más le agrada
fresca cueva, árbol verde, arroyo frío,
a compasión movidos de mi llanto
dejan la sombra, el ramo y la hondura,
cual ya por escuchar el dulce canto
de aquel que, de Estrimón en la espesura,
los suspendía cien mil veces. ¡Tanto
puede mi mal, y pudo su dulzura!

"Las aceituneras"
Julio Romero de Torres
diciembre de 1904
1,90 por 2,64
Obra de juventud, con un estilo impresionista, fue pintado al aire libre en Cortijo Cabriñana (Córdoba) durante los días de la recolección de la aceituna

Julio Romero de Torres

“Una larga carretera
entre grises peñascales
y alguna humilde pradera
donde pacen negros toros. Zarzas, malezas, jarales.



Está la tierra mojada
por las gotas del rocío,
y la alameda dorada,
hacia la curva del río.



Tras los montes de violeta
quebrado el primer albor,
a la espalda la escopeta,
entre sus galgos agudos, caminando un cazador.


Antonio Machado (a Julio Romero de Torres)

Córdoba y su sierra

















" Si la ciudad es la novia,
la sierra es el gran anillo,
desposada entre naranjos
y limoneros y olivos,
desvelada por el claro
de la luna sobre el río,
engastada de murallas,
de puentes y de castillos,
Córdoba es todo milagro
de recio sabor antiguo.



Pero si se estrechan las naves
de la Mezquita el recinto
y árabes navíos bogan
por el agua de sus siglos,
si estandartes de cristianos
abren puertas de judios,
más allá del hortelano
cuidado del cauce frío,
más allá del patio en sombra
y del musical desvío
del agua entre las columnas,
de la arcada sobre el lirio,
más allá de las mezquitas
-hoy en el nombre de Cristo-
por senderos de azahares
y por romeros caminos
se llega a la “alegre sierra”
donde en dulces precipicios
se distribuyen las fuentes
bajo un azulo alto y limpio.”

Evocación de Antonio Grilo


(Por José García Nieto)


el almendro



Dicen que en Qurtuba, los últimos años del s. X, cuando Abd-al Rahman era el primer califa omeya independiente de Bagdad, éste hizo plantar toda la sierra cordobesa de almendros para que Azahara, su esposa granadina, no llorara más añorando la blancura de Sierra Nevada.

En la mitología griega se cuenta que Fílide, princesa de Tracia, se enamoró de Acamante, un joven combatiente de la Guerra de Troya. Cuando ella conoció de la destrucción de la ciudad todos los días acudía a la costa a ver la llegada de la flota ateniense, esperando encontrar el barco de su amado, pero no llegaba. Al noveno día de infructuosa búsqueda la joven murió de pena, creyendo que él había muerto. Y la diosa Atenea metamorfoseó el cuerpo de ella en un almendro. Al día siguiente de la reparación de la nave llegó Acamante, que ya sólo pudo acariciar la corteza del árbol. Entonces, Fílira, desde su naturaleza arbórea, respondió a su amor floreciendo de repente, antes de que hubieran brotado sus hojas. Desde entonces todos los años los atenienses danzaban en honor de los enamorados de la misma manera que los almendros siguen manteniendo su peculiar floración.



viernes, 13 de febrero de 2009

premonición






" Invitación, esposa, al fruto de tu vientre.

Ven a mirar los árboles queridos
de marzo, los almendros transformados
en dioses de la hermosura, los prados
y las montañas, los recién nacidos
tallos de la hierba, los enloquecidos
pájaros, los huertos en flor, mi vida
- gota de leche concebida
por obra y gracia del amor-, los nidos,
la alegría... ven a mirar la tierra
nuestra y tuya, los azulados ojos
de tu madre dulcísima, los míos
de hombre en vilo. Ven a mirar la sierra
de Córdoba, los resplandores rojos
del ocaso, los delicados ríos...
Ven a verlos, mi vida. Ven a verlos
y a poseerlos, mi amor. A poseerlos."

Manuel de César, poeta cordobés
marzo 1968

Alvaro de Córdoba

"Aquí, huyendo de la gente,
peste de la maledicencia,
carnaval de hipocresía,
mercado de envidia, feria
de vanidades, de orgullo
y de vanas apariencias,
Alvaro que con los ángeles
las glorias de Dios celebra
aquí su vida plantó,
aquí fijó su existencia
como el silvestre rosal
o un pino más de esta Sierra,
Alvaro, cuya memoria
solitarios riscos puebla,
fragosas cumbres corona,
valles nemorosos llena."

Ricardo Molina, poeta cordobés

buenas raíces


"Ningún árbol está sólido y fuerte

sino el fatigado de contínuos vientos,

porque con el mismo combate de ellos

se aprietan y fortifican las raíces;

y al contrario,

los que crecieron en abrigados valles

son frágiles"

Séneca

El jardín de Al-Andalus


"Nada más bello, andaluces,
que vuestras huertas frondosas,
jardines, bosques y ríos,
y claras fuentes sonoras.
Edén de los elegidos
es vuestra tierra dichosa,
si a mi arbitrio lo dejasen
no viviría yo en otra.
El Infierno no temáis,
ni sus penas espantosas,
que no es posible el infierno
cuando se vive en la gloria"

Ben Jafacha
(Jardín de Al-Andalus)

el castaño


El nombre latino "Castanea" posiblemente derive del Griego “Kastanas” que era el nombre de varias ciudades griegas en cuyas cercanías abundaban los castaños y las castañas eran conocidas como las “bellotas de Zeus”.
Se piensa que fueron los romanos los que introdujeron este árbol en muchas zonas, ya que lo consideraban fuente de energía básica para alimentar a sus tropas a lo largo del Imperio.
En la península se cree que en aquella época, el hábitat del castaño había quedado reducido determinadas zonas y que casi sin ninguna duda fueron los romanos los que lo extendieron.
Su fruto, aunque muy nutritivo, comido en exceso puede provocar indigestiones, estreñimientos, flautulencias… Como se sabe las castañas se suelen consumir asadas, cocidas o crudas en cuyo caso se denominan “castañas pilongas”.