de la familia de los cicádidos, la chicharra no puede faltar en la crónica del verano...
Su inconfundible "canto" es entonado por los machos durante el período de apareamiento, coincidiendo con los días que más aprieta el calor.
Ahí se queda quietecito este pequeño insecto, apostado en alguna pared o rama, emitiendo este estridente "canto"... y las hembras de su especie encantadas, claro.
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