El zumaque:
uno de los muchos árboles y arbustos que le dan color al otoño en Cabriñana.
Hoy bajo un brillante cielo de sol espléndido
Este arbusto caducifolio extendido por los árabes y hoy naturalizado, permanece como vestigio de antiguos cultivos y uso en la industria del curtido. De la familia de las Anacardiáceas a la que pertenecen tambíén conocidas plantas como el pistacho, el mango o más cercanas como el lentisco y el cornicabra.
Posee grandes hojas compuestas aterciopeladas, de ramillas gruesas y con unos racimos terminales que forman sus flores y fructificaciones.
De distribución actual circunmediterránea llegando también hasta Canarias, posiblemente fue extendido por los árabes desde el siglo X como cultivo para uso curtiente y tintorio debido a su gran concentración de taninos.
También medicinal por su poder astringente y secante. Condimentario por sus frutos en la cocina turca o siria para adobar carnes.
Destaca por los virajes de color rojo de sus frutos y hojas que se dan en el otoño lo que ha hecho que se utilice también como especie ornamental.
Su nombre derivaría del romano y griego Rhus que sugiere proceder del griego rhous o del celta rhuud, rojo de sus hojas o frutos.
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