viernes, 5 de febrero de 2010

el patio cordobés


Adolfo Lozano Sidro
(1872 – 1935)
Pintor Prieguense



"Los patios constituyen uno de los mayores atractivos culturales y turísticos con que cuenta la ciudad de Córdoba. Profundamente arraigado en las constumbres populares, este exponente, común en la arquitectura andaluza en general, tiene su origen en épocas remotas. Una herencia que ha perdurado en el tiempo hasta nuestros días.


La arquitectura de la Córdoba romana contaba ya con la presencia del patio como elemento principal dentro de sus casas. Las viviendas solían ser edificios de una sola planta. El acceso a la misma se realizaba a través de un pasillo de entrada denominado fauces. La domus itálica, o casa de los inicios de la República, que a la calle mostraba un muro ciego y macizo, ordenaba sus estancias o cubiculas en torno al atrium, el equivalente al patio actual, un espacio a cielo abierto en cuyo interior se ubicaba el impluvium o estanque central que recogía el agua de la lluvia. El centro del patio estaba reservado para el hogar. Para el romano así como para el griego, el hogar era de vital importancia; en cada casa había siempre ceniza y carbones encendidos, era una obligación sabrada conservar el fuego día y noche.




En Al-Andalus, la viviendas estaba dotadas de un austero exterior, sobrios muros y balcones ornamentados con tupidas celosías que aislaban el interior de miradas curiosas. La casa andalusí simulaba, de esta manera, ser un cofre que encerraba un pequeño universo en su interior, reservado tan sólo a los pocos privilegiados a los que les era permitido cruzar el zagúan de entrada. Las casas podían en su interior ser de un gran lujo, regufio de paz y confort, muy lejos de lo que habitualmente por aquella época era lo usual en otros lugares de Europa. Organizadas en torno a un patio, las alcobas, salones y la cocina se abrían a este espacio y se distribuían tambien alrededor de la galería superior. Si la familia se lo podía permitir, era habitual ubicar en el patio una alberca o al menos un pozo, puesto que el agua era elemente indispensable en la cultura andalusí.




"Ese cubo de luz, ese violento
tumulto de cal que, en blancos gritos,
ha arrebatado a jaspes y granitos
privilegios de noble emplazamiento.

Ese suave y perfumado aliento
de flores, como labios infinitos,
que, en redondas arcillas circunscritos,
mecen sus almas de color al viento.

Ese rumor rimado de una fuente
que, en incansable vuelo de cristales,
deja escapar al tiempo y lo regresa,

dos cosas pueden ser, dos solamente:
o un atrio de moradas celestiales,
o el patio de una casa cordobesa."

"Patio" de Felipe Molina Bermejo




El patio se convertía, de manera casi obligatoria, en lugar de encuentro y reuniones. sus innegables características, el agua de la fuente brotando sin descanso, el perfume de las flores, la luz que invade el recinto o la belleza de las yeserías que ornamentan las paredes, estaban destinadas a exaltar los sentidos y hacían del patio el lugar idóneo donde pasar las calurosas veladas que asolan las noches cordobesas.

Hoy en día podemos encontrar, en los barrios más tradicionales, como el de San Agustín, San Basilio o Santa Marina, casas que guardan celosamente la misma estructura de aquellas otras antecesoras en el tiempo, de quienes heredaron sus características. Casas donde el patio es el núcleo central en torno al cual se desarrolla la vida y se perpetuan las constumbres. Un tesoro de luz y color que engalana las noches de primavera con el aroma y el misterio que desprenden sus flores."







8 comentarios:

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Patio cordobés, que tanto hace soñar, toda Córdoba embruja, engalanada con tantas macetas en flor, esos patios que huelen a verde, a flores recién regadas, maravilla de las maravillas.

Abrazos

Pilar dijo...

hola Higorca¡¡
ese calor apagado en el patio de la siesta, y las noches de brisa con olor a jazmín... y el sol del invierno en Córdoba... sí es una maravilla¡¡¡

Beatrice dijo...

Quiero conocer esa maravilla algún día, por de pronto tengo el aroma del jazmín y los geranios en macetas.
Preciosa entrada Pilar.

Pilar dijo...

muchas gracias, Beatriz¡¡
en mayo es cuando el patio cordobés nos maravilla con el color de sus flores, pero todo el año es un regalo... cuando el clima nos permite disfrutar de ellos, claro... que llevamos un año...
en su encanto encierran la historia de nuestra milenaria ciudad...
besos

Raúl M. Olmos dijo...

Que recuerdos de los paseos por esos patios, con esas flores y esos olores, que maravilla!!
Un abrazo

Pilar dijo...

ningún visitante puede decir nada malo de estos patios de Córdoba, se visitan principalmente en el mes de mayo... y ahí si que no hay que se resista ante ellos, jajaja.
los autóctonos disfrutábamos de ellos hace años, cuando no estaban tan "masificados"... en fín, será nostalgia¡¡¡
un abrazo

Tintero creativo dijo...

Que hermosura de patio y los geranios y el patio de piedra y bueno ya no sigo por que no acabo, que preciosidad y que poesía para acompañarlo, esto es arte que se siente, se ve y se respira, felicidades

Pilar dijo...

Muchas gracias, Corazón Verde¡¡
sin duda los patios son lugares muy especiales... aunan intimidad y naturaleza... son rincones para vivir¡¡
saludos