"Yo conozco dos amantes que usaban
como mensajero una paloma amaestrada,
en cuyas alas ataban las cartas.
Sobre este asunto he dicho en un poema:
en cuyas alas ataban las cartas.
Sobre este asunto he dicho en un poema:
Noé la eligió, y no burló las
esperanzas
que puso en ella, porque le trajo buenas nuevas.
Yo también le confiaré las cartas que te escriba.
Mira, pues: ¡Las cartas van en las plumas de un ave!"
que puso en ella, porque le trajo buenas nuevas.
Yo también le confiaré las cartas que te escriba.
Mira, pues: ¡Las cartas van en las plumas de un ave!"
Ibn Hazm de Córdoba
"El collar de la paloma"