viernes, 27 de febrero de 2009

El árbol de César


“Hay una casa conocidísima en tierra de Tartessos, allá donde la rica Córdoba goza con el plácido Betis, donde los dorados vellones amarillean por el metal autóctono y una fina capa de oro puro reviste a los rebaños de Hesperia. En medio de la mansión, dando sombra a toda la casa, está el plátano de César, con su tupido ramaje, el que plantó la diestra feliz de su huésped invicto. Parece como si la enramada tuviera conciencia de su plantador y dueño. Así está de lozano y quiere llegar con sus ramas a las altas estrellas… Oh, árbol amado de los dioses, oh árbol del gran César. No temas el hacha ni el fuego sacrílego. Te es lícito esperar honores eternos para tu fronda: no te plantaron las manos de Pompeyo.”







Marco Valerio Marcial (Epigramas)

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