Ya el Obispo Osio, que fue cordobés, dicen que importó de Egipto esta modalidad de vida contemplativa que pronto arraigó en las faldas de esta sierra, librándolas así de asentamientos de bandoleros y fascinerosos.
Las Ermitas están asentadas sobre un privilegiado mirador natural con vistas a la ciudad.
Allí pueden encontrar los visitantes un momento de reflexión: unas austeras celdas y numerosas inscripciones sentenciosas conminando a llevar vida austera y virtuosa.
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